terça-feira, 19 de novembro de 2013

El misterio de la fotografía

El misterio de la fotografía. La cámara y el ojo ven cosas distintas o mejor dicho, ven las cosas distintas. Aquel atardecer yo veía el cielo oscurecerse sobre una tierra aún clara y perceptible. Al “revelar” la fotografía en el visor de la cámara digital vi lo contrario: el cielo azul y luminoso con sus racimos de nubes y la noche corriendo su velo sobre la tierra.

Somos tan humanos, demasiado humanos que mentimos hasta en lo que ven nuestros propios ojos. La cámara no piensa, no recuerda ni reinterpreta la realidad, carece de cualquier posibilidad de modificarla consciente o inconscientemente. Capta lo que verdaderamente ve: la noche llega primero a la tierra y luego oscurece el cielo.

Nosotros vemos lo que queremos ver. En este caso: hay algo de angustiada esperanza, tal vez de pura desesperación, en querer ver que la noche oscurece el cielo allá en lo alto mientras aún quedan unas briznas de luz aquí en la tierra que pisamos.

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