quinta-feira, 13 de dezembro de 2012

la vieja escuela

Sobre el portalón de la vieja escuela, en el centro de la fachada de la que había sido vivienda del maestro, aún se distinguía en la placa comida por el óxido el escudo de la República y el rótulo del Ministerio de Instrucción. El paisano que nos abrió la puerta no sabía explicarse cómo había podido sobrevivir aquel recordatorio de una de les principales prioridades del segundo régimen republicano. Tal vez estaba demasiado alto para que alguien se subiese en una escalera a arrancarlo y desde las ventanas de la casa del maestro tampoco parecía una tarea fácil.

La escuela había seguido abierta hasta finales de los años sesenta del siglo pasado. Cuándo le preguntamos al paisano cómo recordaba él la manera en la que se produjo el cese de la actividad educativa en el local, sonrió con amargura. Lo relataba como un auténtico cuento de terror:

-Primero se llevaron el encerado. Luego los libros. Más tarde al maestro y al final, también a los nenos.

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